Colegio Dominicas en el Vall de la Rabassada
Se plantea una edificación adaptada al cumplimiento simultáneo de las determinaciones del plan Parcial 20 y de las del Plan de Mejora Urbana 13 b, de manera que la disposición del centro escolar no interfiera en la futura regularización de la parcela. La edificación se ubica, por tanto, en la intersección de las poligonales que definen la parcela actual y la resultante del cumplimiento del Plan de Mejora Urbana 13b. El edificio se adapta a la alineación de la Calle Narcís Oller para disponer su acceso principal en relación al viario consolidado. Se plantea una edificación adaptada al cumplimiento simultáneo de las determinaciones del plan Parcial 20 y de las del Plan de Mejora Urbana 13 b, de manera que la disposición del centro escolar no interfiera en la futura regularización de la parcela. La edificación se ubica, por tanto, en la intersección de las poligonales que definen la parcela actual y la resultante del cumplimiento del Plan de Mejora Urbana 13b. El edificio se adapta a la alineación de la Calle Narcís Oller para disponer su acceso principal en relación al viario consolidado.
Además de las alineaciones marcadas por el planeamiento, se toma como línea referente para el replanteo del edificio, la determinada por la orientación Norte-Sur, que se considera como la más adecuada para favorecer, mediante la propia disposición del centro, una protección pasiva frente al soleamiento. Con esta decisión se pretende lograr que el mayor número de espacios docentes disponga de una iluminación constante y de una protección natural frente a la radiación solar directa. Se da prioridad a la apertura de huecos al Norte y, en relación a los que tienen orientación Sur, se dispone un cuerpo volado sobre ellos o una marquesina para que los proteja de la radiación solar directa. Las aulas de segundo ciclo de infantil, además del espacio de protección del porche, estarán dotadas con un toldo que las proteja de la radiación Oeste.
En términos de volumen se pretende que predomine la horizontalidad sobre la verticalidad, por eso el colegio se proyecta en dos plantas sobre rasante más otra de bajo rasante, en dos niveles, situando el polideportivo a nivel del suelo del sótano, con el fin de que este volumen rotundo se integre dentro del conjunto de la edificación. Todos los espacios situados bajo rasante cuentan con iluminación y ventilación suficiente a través de una serie de patios que los ponen en relación con el exterior. Para acentuar la horizontalidad, se significa la caja principal de comunicaciones situada en relación al acceso principal, ya que se busca que tenga un valor simbólico y sirva de referencia al acceso principal del centro. Se destacan también los volúmenes del salón de actos y de los talleres, a los que se dota de cubiertas con forma de dientes de sierra orientados al Norte, que además de favorecer una iluminación cenital constante de estos lugares de trabajo, proporcionan el espacio necesario para ubicar los paneles solares y fotovoltaicos.
Funcionalmente, el centro se ha proyectado de manera que una serie de unidades individuales y reconocibles, diseñadas a partir de las particularidades de desarrollo de cada edad, compongan un conjunto unitario. Se plantea que el niño en su desarrollo vaya pasando por espacios diferenciados, intentando evitar la imagen que identifica un colegio con una serie de espacios dispuestos en línea, en relación a un corredor. Se distinguen cuatro módulos, que hacen se corresponden con cada uno de los niveles de enseñanza que se impartirán en el colegio Santo Domingo de Guzmán: el de hogar, el de segundo ciclo de infantil, el de primaria y el de secundaria.
El acceso a los dos ciclos de infantil se dispone de forma directa y diferenciada a través de la Calle Narcís Oller. Los dos ciclos de infantil se desarrolla en un única planta, pero se distingue la zona de hogar, que pretende ser más recogida, de la del segundo ciclo, que intenta ser más abierta y dinámica. En este nivel pedagógico, mediante la arquitectura se pretende potenciar las relaciones entre los niños y el descubrimiento del entorno, por eso se busca que cada espacio sea reconocible en su forma. En ese sentido, como signo distintivo, las aulas de los niños de 3-5 años tienen un techo abovedado, la sala de usos múltiples presenta una forma cúbica, el comedor es un cilindro.
El ciclo de primaria, al que se accede desde los patios, se desarrolla a nivel de planta baja y se dispone ordenado con una regularidad cartesiana, haciendo relación a la estabilidad que el niño ha de alcanzar en esa etapa de formación. Se hace un esfuerzo en el diseño de los corredores interiores, que se plantean como lugares de encuentro, en relación a una serie de patios interiores, que organizan la disposición central de despachos y tutorías de los profesores en relación a los espacios docentes.
El esquema de funcionamiento de secundaria es similar al de primaria. Secundaria ocupa la segunda planta del centro y el programa de espacios docentes se dispone de manera que cobren importancia el valor de los lugares comunes de trabajo. Se incrementa además el número de espacios para favorecer el trabajo de grupos pequeños y la organización de seminarios.
Reforzando los espacios docentes se disponen las zonas comunes, que se sitúan en relación a la entrada principal del centro. Se pretende que los espacios comunes favorezcan la proyección del centro al exterior. Por eso, todos estos espacios tienen posibilidad de acceso, tanto desde el propio centro, como directamente desde la Calle Narcís Oller, de manera que con su uso no se altere el funcionamiento del colegio.
Finalmente, en la planta segunda, se dispone la vivienda para la comunidad religiosa titular del centro.
Info
- 2009
- Tarragona, España